Hace décadas, existe un “gobierno permanente” de Estados Unidos, más allá de las diferencias entre republicanos y demócratas, y entre los sucesivos candidatos. El sistema político estadounidense, más que alternancia, garantiza continuidad. Los dos partidos del orden representan dos caras aceptables para el establishment. Nunca se pone en discusión el carácter imperial de Estados Unidos. Pueden discutir si en Siria hay que crear o no una zona de exclusión aérea, o si hay que bombardear más o menos al Estado Islámico, pero no cuestionan el fundamento, el carácter de gendarme planetario que cumple Estados Unidos